« Las ideas pueden ser y son convertidas en objetos institucionalmente moldeables; por tanto, son contenidas en sus temporalidades, pero las ideas como conocimiento nunca pueden ser atrapadas como propiedad de un individuo o de una institución. Siempre se pueden salvar a sí mismas, darse un nuevo contexto y avanzar dentro de la dinámica del nuevo tiempo y espacio. Ellas sí pueden realizar una función transformadora radicalmente nueva para hacer frente a la situación actual. Pero para ello el arte debe ir más allá de lo que prevalece como arte e integrarse a la lucha colectiva de la vida de hoy y así recuperar su verdadera función social convirtiéndose en una fuerza radical fundamental para el siglo XXI. »