Arte, institución y crítica: entre la tensión y la asimilación
María Virginia Jaua, Álvaro Perdices y Manuel Segade
« La idea de la que parte esta conversación es la de abordar el tema de la crítica institucional y un tema recurrente en el trabajo de Álvaro Perdices: la relación artista-institución. Ya hemos hablado sobre cómo íbamos a dar forma a estos temas. Pienso que tenemos la oportunidad de conversar los tres, contigo como director de la institución en donde se va a presentar el proyecto, para discurrir sobre ello desde varios puntos de vista, no opuestos, sino complementarios. A veces con sus tensiones, a veces con sus aciertos. A partir de la relación del artista y sus cuestionamientos a la institución. No solamente a la institución como entidad que forma parte del Estado, sino también a la institución que soporta, valida y fagocita al artista. Lo institucional se desdobla en varias entidades o capas, mientras que el artista también se desdobla a sí mismo en distintas capas o figuras: la de artista, la de espectador, la de cuerpo, la de ente cuestionador y al final también la de imagen como reflejo del propio ciudadano. A partir de ahí abrimos un diálogo en el que podamos exponer diversos puntos de vista. Luego, podemos introducir otros temas con respecto al trabajo de Álvaro tanto con relación a la tradición española como a la americana… »
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Edición sonora de Enrique Arriaga Celis.
Diseño de identidad sonora de Thomas Turine.
Banda sonora original de Alejandra Hernández para el vídeo de Álvaro Perdices Ausencia y panfleto, 2022.
Imagen de portada, fotografía de Espejo y Reino / Ornamento y Estado de Manolo Laguillo: 16, 02, 2022,13.53 hrs.
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« La idea de la que parte esta conversación es la de abordar el tema de la crítica institucional y un tema recurrente en el trabajo de Álvaro Perdices: la relación artista-institución. Ya hemos hablado sobre cómo íbamos a dar forma a estos temas. Pienso que tenemos la oportunidad de conversar los tres, contigo como director de la institución en donde se va a presentar el proyecto, para discurrir sobre ello desde varios puntos de vista, no opuestos, sino complementarios. A veces con sus tensiones, a veces con sus aciertos. A partir de la relación del artista y sus cuestionamientos a la institución. No solamente a la institución como entidad que forma parte del Estado, sino también a la institución que soporta, valida y fagocita al artista. Lo institucional se desdobla en varias entidades o capas, mientras que el artista también se desdobla a sí mismo en distintas capas o figuras: la de artista, la de espectador, la de cuerpo, la de ente cuestionador y al final también la de imagen como reflejo del propio ciudadano. A partir de ahí abrimos un diálogo en el que podamos exponer diversos puntos de vista. Luego, podemos introducir otros temas con respecto al trabajo de Álvaro tanto con relación a la tradición española como a la americana. »
« El realizador –consciente de la naturaleza invasiva de la cámara– no llega para tomar testimonio de una realidad y llevársela a otra parte, sino se sienta –en un sentido metafórico– para vincular sustratos y realidades –esos nombres tan rimbombantes que usamos para nuestra relación con el entorno- no en los términos del descubrimiento –esa vocación compartida por Cristóbal Colón y André Breton– sino en el “estar ahí”, no dando fe sino transcurriendo; en los términos en los que puede tener una estancia, en los términos en los que puede detenerse, no tanto el transcurso y la estancia, sino los medios –que se tienen a la mano– y su velocidad. No es detener el tiempo sino darle –parece ser que el cine es, en ese sentido, su último remanso– al tiempo un lugar donde esté sucediendo, sin más. »
« Cuando W. J. T. Mitchell afirma que la visualidad es la construcción social de la visión y, a la vez, la construcción visual de lo social está subrayando la ambivalencia de la propia imagen. Así las imágenes ambiguas (o las metaimágenes, ya que toda imagen puede ser una metaimagen en determinadas situaciones y contextos) al mismo tiempo pueden ser presencia y representación, pueden plantear una pregunta por su propia ontología y por su entrelazamiento concreto con fuerzas históricas, sociales, culturales, éticas, económicas o políticas. »
« En su corto de tres minutos con la banda sonora de Ella Fitzgerald All My Life (1966) se oculta una anécdota. Cuenta Baillie que lo que le impulsó a hacer esta filmación “fue la calidad de la luz durante tres días de verano” en la costa de California. Tras varios días de admirar la luz, él y un amigo comenzaron el viaje de regreso a San Francisco, cuando de pronto dijo: “¡No, no puedo darle la espalda a esto!” Así que sacó su trípode. Y el resultado es el que nos revela el ojo-cámara que se pasea lentamente sobre una valla de madera enmarcada por cielos azules y flores rojas. »
« Lightning nos revela que el arte (si existe) sucede precisamente en un espacio y en un tiempo a los que no tenemos acceso. Podemos “saber” que se produce, pero no es posible aprehenderlo o lo que es lo mismo, acceder de manera directa a su “experiencia”. La única manera es de acceder a ese instante es por una vía tangencial, a través de lo que “otro” nos regresa, en este caso la cámara: “Cuando miro hacia el relámpago, el nunca estalla, cuando miro hacia otro lado, lo hace.”, repite Marlene a la cámara.»
« En ese contexto de incertidumbre se da la fiesta. Al menos un tipo de fiesta. La celebración a la que asistimos como espectadores reúne a un grupo de jóvenes a los que no les vemos los rostros, porque las melenas nos los ocultan. Ellos podrían estar en su bar favorito bebiendo, escuchando unos acordes, que resuenan, al igual que los personajes, un poco “aislados”. La única a la que vemos y muestra el “rostro” es la camarera. La única que ejecuta una acción, tiene un por qué, un oficio, y cumple una función: servir las copas a los clientes.»
« Me describió sus reencuentros con Tokio. “Como un gato que ha vuelto de vacaciones metido en su cesta y se dedica a inspeccionar sus rincones familiares”. Corría a ver si todo estaba en su sitio, la lechuza de Ginza, la locomotora de Shimbashi, el templo de Renard sobre los grandes almacenes Mitsukoshi, que encontraba invadido por chicas y cantantes de rock. Le informaban que las muchachas eran ahora quienes subían y bajaban a las estrellas, y que los productores temblaban delante de ellas. Le contaban que una mujer desfigurada se quitaba la máscara delante de los transeúntes, y les arañaba si no la encontraban hermosa. Todo le interesaba. »
« Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con las que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando estos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con ese disfraz de vejez venerable y ese lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal. »
« El vídeo muestra una trayectoria alternativa de descenso a la kantera por el monte durante la celebración del bowl-a-rama del 2014. En la zona en la que la hierba se une con el asfalto, se crea un espacio de contacto entre dos materiales que resulta difícil sortear con el patín. Cuantas más veces se intenta y se hacen recorridos por esa zona, más se abre el surco en la tierra donde se va creando un surco y más grande es la discontinuidad. Los cuerpos can y ceden en el intento de ser nexo entre esos dos materiales, uno blando sobre el que se traza; se surca y uno duro que se mantiene. »
« Planchar las camisas de los hombres es una suerte de actividad banal y cotidiana del realismo social de muchas novelas del siglo XIX. Hoy en día es raro que un hombre no se pueda planchar sus propias camisas. Sin embargo, la que vemos aquí es la camisa de un padre agonizando y que una de sus hijas plancha con cuidado para él. Podría ser la última camisa planchada y la que llevara puesta en su propio entierro. Pienso en la pandemia y en cuántos padres habrán sido y serán enterrados sin una camisa planchada amorosamente por una hija o un hijo. Pienso en las relaciones con los padres, en muchos países del mundo este es el mes en que se les celebra. El poema de Nellie Wong “Ironing and Ironing” que leemos al final del film trata sobre una conversación entre un padre y una hija. »